NIÑOS SOLOS Y EN EL EXTRANJERO

 Cientos de niños llegan a las playas españolas en pequeñas barcas que salen de las costas africanas. Un grupo de terciarios los espera para darles un abrazo en medio de la soledad, un techo en el desamparo y una palabra en el silencio.

Legalizarlos, formarlos, buscarles trabajo y aportarles vivienda son los cuatro elementos que el Centro del menor extranjero no acompañado brinda a los emigrantes menores que llegan a España en busca de un lugar donde albergarse.

Esta institución está encomendada a los Terciarios Capuchinos desde su fundación, en 1963, y se encuentra en el municipio de Loiu, en las cercanías de la ciudad vasca de Bilbao, España.

“La cantidad de jóvenes se ha incrementado, antes solo llegaban de Marruecos pero actualmente están llegando desde todos los países subsaharianos porque saben que allí se les acoge”, dice fray Carlos Sagardoy Azagra, representante de la institución.

El centro busca la mejora de la calidad de vida mediante la atención asistencial, el apoyo socioeducativo, la orientación pre-laboral, el proceso de emancipación y el apoyo en la inserción social.

“Las metas que nos proponemos es mantener los servicios que prestamos y reforzar la inserción social” concluye.