FELIPE GIL ZULUAGA, UNA VIDA LLENA DE GRANDES “VISIONES”.

Pronto se graduará del programa de psicología.

Su discapacidad no ha sido obstáculo para dedicarse a su otra pasión: la música.

Visionario no es que el que “ve” más allá de sus posibilidades, es el que  proyecta y sueña su vida con los atributos que la creación ha puesto en sus manos.

Ve con el oído,  pues las voces y susurros, son los matices que revelan a aquellos que envuelven su mundo; mira con el tacto, ya que le permite entender la armonía y la dimensión de los que le rodean; identifica  con el olfato, tan desarrollado y certero como un canino, que le permite percibir  al otro; distingue con el gusto, pues saborea la textura y fineza de los placeres  que ofrece la naturaleza. 

El bastón es su lazarillo, la sonrisa es la puerta de entrada a su mundo mágico y la voz la herramienta para defender su ideas. Él es Felipe Gil Zuluaga, invidente de nacimiento, discapacidad que no ha afectado su vida y que por el contrario le ha permitido “ver” el mundo con otros ojos.

Tiene 24 años y le falta poco para ser psicólogo de la Funlam. Con metas claras, ideas sustentadas en los valores que le han inculcado la familia y la universidad, ha sabido sortear su discapacidad  con altivez y heroísmo.

Felipe combina sus estudios con el canto y la música; interpreta, con una facilidad pasmosa, varios instrumentos, entre ellos la guitarra, el piano, el cuatro llanero, el  tiple, la flauta, el acordeón y el violín. Este hombre orquesta ameniza en sus tiempos libres las misas, los bautizos, los grados, entre  otros festejos, a los que les pone su toque de humor fino.

Desde niño aprendió a manejar el sistema de lectura Braille en la escuela de ciegos y sordomudos “CIESOR” ubicada en el barrio Campo Valdés. Ahora las tecnologías lo “obligaron” a aprender otras formas de comunicarse, por eso maneja con soltura “Jaws”,  programa conocido como un lector de pantalla para invidentes,  responsable de convertir toda la información de los programas ejecutados en la computadora para su reproducción en voz sintetizada.

Disfruta día a día la Universidad y agradece en estos casi cinco años de estancia, a los docentes y amigos de clase por el apoyo y compañía  que, sin duda, dividió su vida en dos, pues  ser profesional de una universidad tan humana, como exigente académicamente, será uno de sus grandes logros.

“Quiero tener mi propio consultorio, hacer una especialización en psicología dinámica y combinarla con mi pasión por la música”, concluye Felipe con su vista cerrada, pero tan viva y expresiva que te atrapa.

"Pipe" como le dicen todos los que le conocen y le quieren, dice que ser invidente le ha traído bendiciones y que son pocas las cosas que hoy en día lo entristecen por su condición.

No ve la luz del día, pero siente los rayos que calientan su despertar; no conoce el mar, pero oírlo fue suficiente para entender su grandeza y las maravillas que hizo el Creador.

Su vida será ejemplo para muchos y un reto para otros. La fuerza de sus acciones no está, sin duda alguna,  en lo que no “ve”, está en lo que proyecta y quiere para su futuro.

Fecha de emsión: jueves 19 de mayo de 2011
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