Universidad Católica Luis Amigó

Secretaría General, Gobierno Institucional y Reglamentos

Comunicado 106. Nueva Carta Apostólica del Papa León XIV sobre la educación: "Diseñar Nuevos Mapas de Esperanza" "Disegnare Nuove Mappe di Speranza"

Publicado por Secretaria.general el 28/10/2025 (29 lecturas)

 Con ocasión del 60 aniversario de la declaración conciliar "gravissimum educationis", el Papa León XIV, el día 27 de octubre de 2025, publicó la nueva Carta Apostólica: "Diseñar Nuevos Mapas de Esperanza", "Disegnare Nuove Mappe di Speranza".


El Papa recuerda que el Concilio Vaticano II subrayó que: "la educación no es una actividad accesoria, sino que constituye la trama misma de la evangelización: es la forma concreta en que el evangelio se convierte en gesto educativo, relación, cultura". Señala también a la familia como primera escuela de humanidad y coloca como obligación de la iglesia apoyar entornos que integren la fe y la cultura, respeten la dignidad y el diálogo con la sociedad.

La educación no es una mera formación funcional o instrumento económico, pues una persona no es un perfil de competencias, no es un mero algoritmo predecible, sino una historia, una vocación.

La educación deberá centrarse en la persona, pues no es solo transmisión de contenidos, sino aprendizaje de virtudes para formar ciudadanos, capaces de servir y creyentes y también capaces de dar testimonio.

Recuerda el tema de la "identidad y subsidiariedad", la contemplación de la creación  para proponer la constelación educativa. El mundo católico debe ser una red viva y plural en la cual se integran escuelas parroquiales, colegios, universidades, institutos superiores, centros de formación, plataformas digitales, pastorales escolares, universitarias y culturales.

Las instituciones educativas católicas deben estar abiertas al encuentro y la escucha con la sociedad civil, autoridades políticas y administrativas, sector productivo y laboral, entre otros. 

Invita al abordaje de los espacios tecnológicos y digitales con creatividad pastoral, didácticas activas,  formación de los docentes en el ámbito digital, evitando la "tecnofobia".

Se refiere también a la "estrella polar del pacto educativo" para crear alianzas y redes que eduquen en la fraternidad universal, colocando a la persona en el centro, con escucha de los niños y los jóvenes, promoción de la dignidad, la plena participación de las mujeres, con reconocimiento de la familia como primera educadora, con apertura a la acogida y la inclusión, renovación de la economía y la política al servicio del hombre y el cuidado de la casa común. La educación católica deberá generar procesos concretos de humanización.

En la perspectiva de trazar nuevos mapas de esperanza, la educación  católica deberá ser una luz, un faro, un espacio de discernimiento, innovación pedagógica, testimonio profético y no "un mero refugio nostálgico".   

Los carismas educativos deberán ser respuestas vivas a las necesidades de cada época. Destaca las contribuciones de educadores como: San José de Calasanz, San Juan Bautista de la Salle, San Marcelino Champagnat, San Juan Bosco, María Montessori, entre otros. Invita a que la educación forme a la persona en su totalidad, con espacios donde la indagación guíe, apoye y la duda no se suprima. La docencia deberá ser una vocación de servicio que ofrezca tiempo, confianza, competencia y compasión, uniendo la justicia con la misericordia. El testimonio de los docentes valdrá tanto como su lección y su misión irá más allá del contrato laboral.  

El documento es una invitación a la forma como la educación cristiana, puede responder a los desafíos de hoy para construir puentes y ofrecer formación cívica y profesional con creatividad.

La educación católica deberá formar conciencias que elijan no solo lo conveniente sino lo justo, en el que la inteligencia artificial, se ponga al servicio de la persona y no al revés, en el que la poesía, la ironía, el arte y la alegría del descubrimiento sean insustituibles, en la que se ejerza la "diaconía de la cultura", que favorezca encuentro, reflexión y ética pública en el uso de las nuevas tecnologías.

Finalmente la Carta Apostólica "Disegnare Nuove Mappe di Speranza" invita a que  las escuelas y universidades católicas, sean lugares de búsqueda donde "las preguntas no se silencian y la duda no se prohíbe, sino que se acompaña", en la perspectiva de unir ciencia y humanismo, técnica y conciencia, profesionalidad y ética. Invita además el Papa León XIV, a las comunidades educativas, para desarmar las palabras, levantar la mirada, custodiar el corazón, porque la educación avanza con la mansedumbre que escucha. Invita a las instituciones educativas y a todos los actores que la componen, para que "sean servidores del mundo educativo, coreógrafos de la esperanza, investigadores incansables de la sabiduría, artífices creíbles de expresiones de belleza".