•  Una semana de aprendizaje vivencial que conectó la teoría con la práctica en escenarios reales de salud mental.

Durante esta semana, los futuros psicólogos participaron activamente en visitas institucionales, encuentros académicos y espacios de reflexión que ampliaron su comprensión sobre el ejercicio profesional en el campo clínico. Uno de los momentos más significativos fue la visita a la Clínica del Oriente, donde los estudiantes pudieron conocer de cerca los protocolos de intervención, la dinámica hospitalaria y las estrategias terapéuticas utilizadas en el abordaje de distintas problemáticas psicológicas.

Asimismo, la jornada incluyó un recorrido por el Hospital Mental de Antioquia, institución de referencia en el país en atención a pacientes con trastornos mentales. Allí, los estudiantes no solo observaron las prácticas clínicas, sino que también dialogaron con profesionales del área, profundizando en temas como la intervención en crisis, el trabajo interdisciplinario y los desafíos éticos del quehacer psicológico.

Más allá de las visitas institucionales, el grupo participó en espacios de promoción y reflexión sobre la salud mental, donde se abordaron temáticas actuales relacionadas con el bienestar emocional, la prevención del suicidio, el autocuidado y el papel del psicólogo en el tejido social. Estas actividades contribuyeron al fortalecimiento de competencias clave para su futuro desempeño profesional, como la empatía, la escucha activa, el análisis crítico y la responsabilidad ética.

La salida pedagógica a Medellín no solo permitió el contacto directo con escenarios reales del ejercicio clínico, sino que también favoreció la integración del grupo estudiantil, el intercambio de saberes y el compromiso con una formación integral. Esta experiencia reafirma el valor de la educación vivencial como complemento esencial a la teoría académica, y destaca el compromiso institucional con una formación de calidad, pertinente y humana.

“Este tipo de actividades son fundamentales para conectar lo aprendido en el aula con la realidad del ejercicio profesional. Nos ayudan a ver con mayor claridad nuestro rol como psicólogos y nos motivan a seguir formándonos con compromiso y sensibilidad humana”, expresó uno de los estudiantes participantes.

En definitiva, esta inmersión pedagógica fue mucho más que una visita académica: fue una vivencia que dejó huella en cada estudiante, al brindar herramientas, conocimientos y perspectivas que marcarán su camino en el campo de la Psicología Clínica.