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Los ángeles de Medellín, sin alas pero con gran voluntad.

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.” Eduardo Galeano.

Estefanía Rodríguez Gaviria es la fundadora y actualmente encargada de la fundación Ángeles Medellín. Tiene 21 años de edad, abandonó sus estudios en enfermería profesional en la Universidad Pontificia Bolivariana por cuidar de su hija de dos años y ella es su prioridad. Ella se caracteriza por el placer de ayudarle a las personas, se lo debe a sus padres quienes le inculcaron estos valores de cordialidad y generosidad con los demás. Cuando estaba más pequeña acompañaba a sus padres a los acilos para compartir con las personas de la tercera edad, también iba a los orfanatos y regalaba juguetes para los niños, se dio cuenta de varias anécdotas fuertes y pesadas para su edad, como violaciones, maltratos, etc. Todo esto la alentó para continuar con el legado de sus padres, ella dice «yo soy de las personas que puede estar comiendo en un restaurante, pero si pasa una persona con hambre, yo dejo de comer para darle mi almuerzo» se considera una persona muy sentimental e incapaz de decir «NO» a este tipo de situaciones. Ella espera salir adelante con su fundación, no quisiera dejarla, para ella es una experiencia muy gratificante. Más adelante está pensando en cambiarle el nombre a la fundación por el de su hermana fallecida, en su honor.  

La fundación en sí comenzó a mediados de febrero y marzo del presente año, cuando Estefanía Rodríguez manifestó vía Facebook sus intenciones de organizar un grupo de ayuda para repartir alimentación a las personas sin hogar de las calles de Medellín. Se unieron alrededor de 20 y 25 personas para cumplir dicho propósito. Las donaciones de alimentos no perecederos comenzaron a llegar de varias personas ajenas a la fundación, su primera jornada fue en el sector de la minorista, brindando sopas, frutas, «palos de queso» y agua de panela. 

De allí en adelante, las jornadas se siguieron realizando los últimos domingos de cada mes. Estefanía no sólo quiso brindar un apoyo alimenticio sino un apoyo moral en el cual hablaba con los habitantes de calle. Conoció sus historias. Muchas coincidieron en que llegaban a este estado por causas económicas y familiares. 

El propósito de la fundación es ayudar a las personas para no caer en malos pasos como la drogadicción y la situación de calle. La fundación cree que la causa de esto es el abandono por parte de la sociedad y de la comunidad. Por eso la fundación se centra principalmente en los niños para inculcar en ellos carácterganas de estudiar y salir adelante para no desenfocarse y caer en dicha problemática social. Ángeles Medellín se encarga de buscar colegios para los niños de bajo recurso, brindándoles los útiles escolares y los uniformes. Estefanía dice » Es muy impresionante preguntarle a un niño de 7 años ¿De qué te quieres disfrazar? Y ellos responden que se quieren disfrazar de pistola o de cuchillo, entonces es muy decepcionante ver cómo perciben la vida y toman el rumbo equivocado, yo no quisiera eso». 

La fundación está compuesta por 18 personas y las ayudas para la fundación las reciben de personas particulares conocedores del tema. Las donaciones las hacen de manera monetaria o física. El gobierno aún no está enterado de esta situación porque la fundación no se encuentra registrada legalmente. Estefanía está a la espera de alguna persona para tomar este proceso. «Me asesoré y los gastos totales eran más o menos de un millón de pesos. Yo podía tener el dinero y hacer que la fundación fuera una organización legal, pero la verdad preferí invertir ese dinero en las personas para que no aguantaran hambre», afirma ella.

Actualmente, el proyecto de la fundación es la ayuda a las familias sin recursos para brindarles un mejor hogar y una mejor calidad vida para sus hijos. También generar empleo y crear una microempresa para los padres o madres cabeza de hogar y así salir adelante sin necesidad de recurrir a la mendicidad ni depender de otros. Hay 7 familias beneficiadas en las cuales alrededor de 11 o 15 niños hacen parte de estas ayudas y son centro fundamental de los proyectos. 

Miguel Ángel Santafé Palacios es uno de los beneficiarios de la fundación. Tiene 55 años y nació en Cúcuta, Norte de Santander y hace 24 años salió de su tierra natal. Su familia está conformada por su esposa, suegra, cuatro hijos, cuatro nietos y un yerno. Miguel recuerda cuando vivían en una casa humilde con piso de cemento en Copacabana (Antioquia). No tenía alcobas y tampoco contaban con el servicio de agua potable. Sumado a esto, comenzaron a surgir calamidades familiares. Un aneurisma cerebral en su esposa y su suegra llevó a Miguel a asumir totalmente la carga de los gastos de su familia. » Yo me sentía enfermo, sufrí cinco pre-infartos y un infarto. Considero que todo esto se debía a las preocupaciones para llevar algo de comer a mi familia». Vecinos avisaron a la fundación de la situación de Miguel y su familia, Estefanía los visitó y comenzó a gestionar las ayudas para conseguir un nuevo hogar, mercado y ayudas médicas para su esposa y su suegra. El pasado 30 de septiembre se mudaron para una casa ubicada en el barrio Blanquizal-Medellín. Todos los artículos para su nuevo hogar han sido donados, como nevera, lavadora, camas con sus respectivos colchones, vajilla y mercados.

Angela Michelle Santafé Céspedes (hija de Miguel Ángel) tiene 16 años de edad y un hijo de tres meses. Afirma sentirse más segura en la nueva casa. Anteriormente en Copacabana la casa no estaba acondicionada para cuidar su bebé y esto le causó bronquiolitis a los 8 días de nacido. «Antes nos tocaba quedarnos solo con el desayuno porque mi papá no tenía dinero para el almuerzo o la comida, entonces la fundación fue una gran ayuda para nosotros«. La joven estaba cursando sexto grado y su proyecto de vida es continuar estudiando más adelante cuando su hijo tenga más edad, trabajar y aportar una ayuda económica en su hogar.  

Ángeles Medellín está abierta a recibir voluntarios sin ninguna condición, solo las ganas de ayudar y estar comprometidos con la causa. No se solicita documentaciones o personas con un gran salario, solo responsabilidad y solidaridad con las situaciones difíciles, con disponibilidad y ganas de ayudar, difundir información para obtener bastantes ayudas y donaciones. 

DanielaCortés
Estudiante comunicación social Universidad Católica Luis Amigó.
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