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Más allá de la oscuridad

Foto de Deportes Rcn

Tutu, tutu, suena la alarma. Son las 5:30 de la mañana y Maritza Arango Buitrago, una mujer de 39 años, se levanta feliz y con una energía increíble. Se ducha y después palpa sus prendas de vestir para saber cuáles son las indicadas. Por último, toma su vitamina o como dice ella «su agua panela caliente con leche y tostadas» para dirigirse junto con su hijo, hermana y esposo a la pista de atletismo Alfonso Galvis Duque en la Unidad Deportiva Atanasio Girardot donde entrena atletismo desde hace 9 años a pesar de ser invidente.

Hace 15 años todo fue sombra, oscuridad y martirio para Maritza. La rinitis pigmentosa, enfermedad hereditaria que causa una pérdida lenta de la visión, apagó la luz existente en sus ojos. Tenía 24 años, un hijo de 2 años y trabajaba en una guardería. Desde entonces su vida cambió. Pasó por una distimia, carácter depresivo crónico, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado, que por poco la lleva a la depresión.  Su vida se ahogaba en un mar de lágrimas, ya no estaba esa luz con la cual veía a su pequeño bebé, el alba y el verde de las montañas. «Un día pensé en quitarme la vida, pero el solo hecho de pensar en el futuro de mi bebé lo impidió y gracias a Dios no tomé esa mala y cruda decisión», recuerda ella.

Después de años de estar en la casa, llorar y hablar por teléfono, decidió empezar una vida nueva, la de rehabilitarse. Llamó al 113 y averiguó sobre lugares de rehabilitación para personas ciegas y le dieron información sobre La Unión Nacional de Limitados Visuales. Logró entrar al centro de apoyo y en este lugar después de unos meses de arduas clases aprendió a escribir en braille, a manejar el software lector de pantallas Jaws y a movilizarse. Como ya sabía escribir y leer en braille, leyó su primer libro: Ensayo sobre ceguera de Saramago. » La Unión Nacional de Limitados Visuales me ayudó mucho, cambió totalmente mi forma de pensar en cuanto a la discapacidad visual porque yo pensaba que era la única persona ciega y cuando llegué allá me encontré con muchas personas ciegas y ya todos superados», expresa Maritza con una sonrisa de oreja a oreja.

En la UNLV conoció a Juan Guillermo más conocido como «El Chope». Entablaron una buena amistad y después de unos meses, él le insistió y motivó a Maritza para entrar a practicar atletismo porque pensaba que cumplía con las capacidades para estar en ese deporte paralímpico  y que además le ayudaría mucho en su condición. Un año después, Maritza decide no hacer caso omiso, y entró a practicar atletismo en la pista  Alfonso Galvis, donde su primer entrador fue Hugo Armando Gándara, entrenador de atletas paralimpicos desde 1998, quien la inició en el atletismo, le enseñó a bracear, a hacer una técnica de carrera, a cómo mandar una zancada, a cómo correr.

tres años después llega a la pista un nuevo entrenador Libardo Hoyos, especializado en las pruebas de semi fondo. Desde entonces es entrenador de Maritza desde el 2011 hasta la fecha y su misión de cada día es entrenar  a Maritza fuerte y ver los resultados en las competencias.

Para Maritza poder correr en la pista se necesita de un guía y ese es Jonathan Sanchez, hombre de 28 años quien está con ella desde el 2012 en todos sus entrenamientos y competencias. La coordinación entre Maritza y Jonathan  es –y debe ser- perfecta para no tropezarse ni desalinearse, dando el mismo paso, apoyando el mismo pie, al mismo tiempo, por el mismo carril, a la misma altura. Dos anatomías enteras y sincronizadas, una que se deja llevar por otra, erguidas, meciéndose, impulsándose como aves que danzan juntas en el vuelo.

Maritza junto con su guía Jonathan Sanchez han participado en cuatro mundiales hasta el momento: Nueva Zelanda( 2011), Francia (2013) , Doha,Catar(2015) y Londres (2017). Han tenido dos para-panamericanos uno en Guadalajara,México y Toronto Canadá (2015). También participaron en dos Paralímpicos como fueron Londres (2012) y Rio de Janeiro (2016). Asimismo también estuvieron en tres paranacionales como lo fue (2008),su primer paranacional. Apenas llevaba tres meses en el deporte y ahí fue donde obtuvo su primer medalla de 200 y 400 metros. (2012) y (2015). En la mayoría de las competencias mencionadas anteriormente han obtenido medallas excepto en Guadalaja,Mexico y Londres porque su  categoría estaba unificada,t11 y t12. Es decir, compitieron personas con discapacidad visual totalmente con personas que ven un poco

La carrera más importante para Maritza ha sido la de los juegos Paralímpicos Rio 2016. -» trabajé duro durante cuatro años para esos juegos, entrené con el sol con la lluvia no podía bajar la guardia. Los nervios, el cansancio y el estrés era lo que sentía a diario. En estos juegos obtuve medalla de bronce. Lloré mucho de felicidad al recibirla»

Maritza se destaca en pruebas de semi fondo como lo son 800 y 1500 metros en la categoría T11,personas que no ven nada. Es apoyada por Indeportes y Coldeportes Antioquia. Lleva nueve años sumergida en el atletismo, deporte que la ha llevado al éxito – Arango está entre las tres mejores atletas paralímpicas del mundo -y a creer en que todo es posible con esfuerzo y dedicación.

La tercera de ocho hijos de Gustavo Arango y Romelia Buitrago, fue una niña juiciosa, activa, campesina como todos los de su familia, que le gustaba estudiar, y siempre fue muy disciplinada. La llamaron Maritza y nació el 19 de marzo de 1978, en Argelia, Antioquia, municipio a 146 kilómetros al sur de Medellín.  Su hermana Adriana, dos años menor, también se inclinó por el atletismo un tiempo después de que Martiza iniciara. Adriana se encuentra en la categoria t12, personas que ven pero no mucho.   La rinitis pigmentosa ha sido heredada por tres de los ocho hijos de Gustavo y Romelia. Maritza que no ve nada, Adriana que ve pero muy poco y Henry,hijo menor, que usa gafas desde hace años.

Maritza no solo es una atleta,también es ama de casa. Cocina, plancha, lava, trapea, etc. » Nosotros los invidentes desarrollamos mucho los sentidos como lo son: el oído,el olfato,el tacto y el gusto y una memoria que graba absolutamente todo sin la necesidad de ver,como por ejemplo los caminos, conozco absolutamente toda mi casa y antes cuando montaba en bus sabia donde bajarme».

Maritza es quien ordena su ropa en el closet, organiza su ropa por sesiones al igual que los zapatos. El momento en el que compra su ropa es de vital importancia. Según Martiza siempre que va a comprar ropa o cualquier otra cosa va con sus hermanas que son las que la asesoran, ellas le muestran para que Maritza palpe y le explican con detalle absolutamente todo sobre el producto. Por ejemplo si es en una prenda: el color,para que ocasión es, entre otras cosas. Entonces de acuerdo a la información brindada por sus hermanas, ella se graba todo sobre el producto cuando se va a vestir palpa y ya sabe que ponerse, de que color es y con que lo va combinar.

Juan Esteban Marulanda Arango, joven de 17 años es hijo de Maritza y resalta de una manera muy tímida pero orgullosa : »Mi madre tiene sus metas muy claras, es un ejemplo de vida a seguir y es muy berraca porque a pesar de su discapacidad visual tiene más fortalezas que cualquier otra persona con visión» Este joven es el motor de Maritza. Es quien la motiva cada día a ser mejor y que según Maritza el mejor legado que le puede dejar es luchar por sus sueños, ser muy responsable y sobre todo disciplinado.

En el barrio La Cumbre, municipio de Bello, al norte de Medellín, todos los días se levantan dos mujeres empoderadas- Adriana y Maritza- a las 5:30 am a entrenar en la pista de atletismo Alfonso Galvis, manteniendo sus cuerpo y mentes fuertes y preparadas para las competencias.

Mis ojos, son mi memoria. _ Maritza Arango Buitrago

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