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Crónica

De la muleta a la bicicleta

Por: Eyner Toro Gómez
eynertorogomez@hotmail.com

Su nombre es Julián Molina, tiene 14 años, perdió su pierna izquierda cuando tenía 7. Le gusta el BMX, una disciplina de los deportes extremos que se practica sobre una bicicleta. A pesar de todo, él, en su ‘cicla’, no tiene ningún tipo de limitación. Julián sabe volar en ella.

Cuando apenas era un niño inquieto, como lo describe Katherine Molina, su hermana, a este joven le pasó por encima de su pierna izquierda un bus escalera, de esos que caracterizan a un pueblo cafetero.

“Pues a mí no me mochó el pie de una, solo me arrancó la piel y el hueso me quedó buenecito. Luego de eso me llevaron al hospital y allá lastimosamente demoraron mucho y me dio gangrena. Entonces me llevaron para Medellín y allá me lo mocharon”, cuenta Julián con tranquilidad.

Su familia, con el dolor o la tristeza que siente en un momento duro, pudieron ver la fortaleza y la energía que hoy en día caracterizan a Julián desde el momento en el que lo subieron a la ambulancia para trasladarlo a Medellín, cuando con una mirada y despidiéndose con su mano, les dijo: chao. Esa misma energía se mantiene hoy en día y es la que les ayuda a superar todo.

Su pronta recuperación se veía en su energía y las ganas de salir a la calle, apoyado por una sola muleta, a jugar fútbol, deporte por el que perdió totalmente el interés cuando un 28 de diciembre terminó de armar a ‘La negra’, su primera bicicleta, esa  que de a poco empezó a equipar con lo que podíay necesitaba: un solo pedal, gracias a un ahorro que hizo a punta de ‘ligas’ por los mandados.

Ese día de los inocentes, Julián en su ‘Negra’ empezó a practicar un deporte que le cambiaría la vida y lo motivaría a pasar por alto su condición, el BMX. “Él encontró una forma de fluir, de volar. Dios le dio alas con esa bicicleta”, dice Edgar Andrés, artesano.

“Ese chino es un orgullo que ha sacado la cara por el pueblo. Es un orgullo uno verlo haciendo esas maromas que uno que está entero no es capaz de hacer, eso motiva a cualquier persona”, afirma Hernán Marín, amigo.

Su familia, su gran apoyo.

Para su familia Julián nunca ha perdido la pierna, todo lo contrario, ha ganado algo, y con el BMX les ha dado una motivación para hacer mejor las cosas y pasar por alto todo lo malo.

“Yo miedo no manejo ya, porque si yo lo manejara se lo trasmitiría a él”, dice RubénDarío, su padre.

Algo que no comparte su hermana, Katherine Molina, quien dice que al verlo saltando se llena de orgullo, pero no puede evitar el miedo, la angustia que siente. “Yo cada que lo veo saltando me da mucho orgullo. Pero un día en un evento que hicieron acá, él estaba saltando y cuando yo lo vi,de una me puse a llorar de la emoción”, cuenta ella.

Acertada equivocación.

Julián, además de ser apoyado por sus amigos y su familia, también cuenta con el patrocinio de algunos empresarios que han visto futuro en él.Como David Gamaliel Cuevas, empresario mexicano que prácticamente se ha convertido en su principal patrocinador, y a quien Julián se encontró por error cuando quiso enviar uno de sus videos a la Teletón Colombia.

“Un man me dio la idea de que subiera un video a la Teletón. Llegué y lo subí y lo mandé, pero a la de México, luego lo subí a la de Colombia, pero me respondieron más rápido en la de México”, cuenta él.

Una acertada equivocación que le sirvió para poner en marcha su carrera en el BMX.

Gracias a los trabajos fotográficos y de video que han hecho con él personas como Felipe Orvi, un estudiante de Cine y Comunicación de la ciudad de Cali, y Juan Páez, reconocido fotógrafo de deportes extremos, han llegado a Julián ayudas como lasde Biker-Zone, RenMenBo y Dos Cinco Nueve, empresas colombianas de los deportes extremos que han decidido apoyarlo.

En Medellín

Las limitaciones que se dan en un pueblo en cuanto al apoyo a los deportes, como el BMX, se ve reflejado en los pocos escenarios para practicar esta disciplina.

Cuando Julián viajó junto a Felipe Orvi a la ciudad de Medellín, para realizar el video Dreams Come True, pudo conocer los SkateParks, como el del sector del Estadio y el de Ciudad del Río. Una experiencia llena admiración por quienes lo pudieron ver y  la vergüenza superada para Julián, por ser la primera vez en la que montaba en un lugar de estos.

“Allá yo llegué y todos dejaron de montar, y yo era con esa pena. Pues, nunca me habían visto, alguno que otro ya me conocía por Facebook. Cuando le cogí el sabor al Skate Park saqué ‘No hands’ y de una la gente me aplaudió”, cuenta Julián sonriendo.

Lo que quiere.

Ahora Julián espera más oportunidades, ayudas para salir adelante en la carrera a la que se entrega en cuerpo y alma, algo en lo que mucha gente piensa que no puede, pero que él demuestra con acciones en su bicicleta, con caídas y paradas, aires y giros, para algunos, casi imposibles.

“Yo espero ver a Julián dentro de unos años saliendo adelante con el deporte que él maneja. Porque él se sueña mucho con hacerse a una casita para la familia, como yo pago arriendo”, cuenta su padre, mirándolo.

Sueña con verse en algún momento en los X-Games, uno de los eventos más grandes a nivel mundial de los deportes extremos, lo que sería la cumbre para todo aquel que salta en una bicicleta con la misma pasión que él.

Julián sigue volando en su bicicleta para lograrlo.

Para leer y conocer más acerca de la historia de Julián:

http://bitacorapress.tumblr.com/post/63695416891/de-la-muleta-a-la-bicicleta


http://www.youtube.com/user/pipeorvi

360 whip de Ferre en el lente de Juan Paez


https://www.facebook.com/juliandavid.molinasaldarriaga?fref=ts
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