A plena luz del Siglo XXI, el mundo se encuentra ante uno de los más sorprendentes avances científicos, basado en el redescubrimiento del ser humano. Y aunque pareciera que todo está ya inventado o descubierto, en realidad y por lo menos en el campo científico, todavía no está dicha la última palabra.
En ese deslumbramiento radica la esperanza para pacientes con leucemia, linfoma (cáncer de linfático), infarto, problemas de circulación (lesiones vasculares) y, en un futuro, patologías neurológicas, diabetes, mal de Parkinson y Alzheimer.
Por lo menos para los pacientes con patologías como las inicialmente enunciadas, el panorama no puede ser más alentador porque la coyuntura científica apunta hacia una realidad tangible: las células madre. Sus bondades, características, ventajas, desventajas e implicaciones han causado controversia en los ámbitos médico, bioético, legislativo y eclesial.
Regenerativas
Las células madre hematopoyéticas son las que tienen la capacidad de regenerar un tejido, cuando éste presenta algún tipo de lesión. Dichas células pueden convertirse fácilmente en otras, especializadas, de un órgano, supliendo la función de las que se deterioraron o murieron.
Por ejemplo, estas células han sido usadas para tratamientos de personas con leucemia o linfomas, las cuales producen una regeneración del sistema sanguíneo, necesario para el tratamiento de estos tipos de cáncer.
En los casos de leucemia se realiza un trasplante de médula ósea, donde hay gran cantidad de células madre que colaboran en restablecer la sangre del paciente. Pero, con los adelantos en este tema, estas células pueden ser usadas para tratar otras enfermedades.
Dichas células son extraídas de varias zonas del cuerpo humano: de la médula ósea, del ojo, del riñón o del hígado, son separadas en el laboratorio y congeladas para realizar tratamientos.
Los donantes
Las células madre resultan de las tres líneas de investigación, en las que los científicos trabajan actualmente. Unas, de donante autólogo, es decir, un adulto; del cordón umbilical y de tipo embrionario.
Las unidades celulares autólogas son las resultantes de un paciente adulto, halladas en su médula ósea o en otra parte de su cuerpo. Las células del cordón umbilical se extraen de la sangre residual que queda en éste y en la placenta en el momento de un parto; ésta y el cordón umbilical, que normalmente se desechan en un alumbramiento, son aprovechados por los científicos para posteriores tratamientos de ese bebé. (Ver recuadro).
Finalmente, el origen más problemático y polémico de células madre es el de tipo embrionario. Aquí está el debate entre la ciencia, la bioética y lo legal. La controversia radica en que para poder ejecutar el proceso de extracción de las células de un embrión, éste debe destruirse, lo que algunos consideran como un asesinato o episodio abortivo.
Para sorpresa de muchos, los médicos dedicados a estas investigaciones aprueban trabajar en las otras líneas de obtención celular que aceptar la vía embrionaria.
El director del Instituto Antioqueño de Reproducción (INSER), médico Juan Luis Giraldo Moreno, es claro al referirse a este tema: “aquí entra un parámetro ético de alta trascendencia, ya que debemos tener presente que la vida se da cuando existe la formación del embrión. Entonces, formar embriones y luego sacrificarlos para extraer sus células madres no tiene sentido. No se puede proteger la vida sacrificando otra vida. Ése es el gran dilema ético”.
La paradoja de la “línea embrionaria” es que las células obtenidas por este procedimiento tienen la virtud de reproducirse indefinidamente en el laboratorio y además, poseen una gran capacidad regenerativa, aunque también tienen algunas importantes desventajas.
El médico Giraldo Moreno asegura que cuando estas unidades embrionarias se trasplantan a los tejidos, por su grado de plasticidad, es decir, la capacidad que tienen de convertirse más fácilmente en células de distintos tejidos, (neuronas, células de piel, corazón, páncreas), pueden producir unos tumores llamados teratomas que, generalmente desarrollan las mujeres en sus ovarios, y contienen hueso, pelo, grasa y dientes. Eso dificulta el trabajo en el laboratorio.
Debate ético
Las complicaciones no se producen sólo en la ciencia, también aparecen en la bioética y la biojurídica. Gloria Naranjo, abogada y directora de la línea de investigación en bioderecho de la UPB, sostiene que los procedimientos con células embrionarias tienen varios inconvenientes : el primero de ellos radica en el hecho de tener que matar al embrión, una vida humana; en segundo lugar, la falibilidad de este tipo de células es problemática, porque, al no estar diferenciadas, pueden comportarse de una manera adversa, poniendo en riesgo la vida de un individuo; en tercer lugar, considerar el ser humano, no como un fin, sino un medio para comercializar y obtener beneficios económicos; y, finalmente, el peligro de producir más embriones de los necesarios para una fecundación asistida, con el fin de usarlos para investigación.
Por otra parte, la legislación en Colombia sobre el tema es ambigua. Según Naranjo, la Ley 599 de 2000 (Código Penal), prohíbe la manipulación genética con fines distintos a los terapéuticos, lo que supone que un procedimiento celular de este tipo podría realizarse.
Pero, como tal en Colombia no existe una legislación concreta sobre las células madre, asegura la abogada, porque, además, el “embrionicidio” no está contemplado como un delito, por lo que, en el caso en que los embriones crío preservados sean dañados podría, a lo sumo, alegarse un daño en bien ajeno, aunque el Código Penal en el artículo 134 prohíba el tráfico de gametos y embriones.
En noviembre de 2004, el senador Jairo Clopatofsky, junto con John McDonald, neurocirujano del desaparecido actor Christopher Reeve, y otros expertos internacionales, participaron en el Congreso de la República de un debate sobre el tema, en las discusiones del citado Código Penal.
Se trataba de encontrar “la posibilidad de desarrollar las curas contra la discapacidad, el cáncer, Parkinson, Alzheimer y lesiones medulares”, aseguró el senador Clopatofsky, quien fue intervenido hace unos meses para ser tratado en su médula espinal con células madre de su bulbo olfativo.
En Medellín
Los primeros procedimientos con células madre en Medellín se realizaron con pacientes con infartos al miocardio. Según el médico Internista y Hematólogo, Juan Guillermo Duque Ortega, 14 han sido los tratamientos practicados: cuatro, en la Clínica Cardiovascular Santa María, y diez en el Hospital Universitario San Vicente de Paúl.
Los resultados han producido satisfacción entre el personal médico, los pacientes y sus familiares por su recuperación miocárdica, función ventricular y mejoramiento de condición física para hacer ejercicio, asegura Duque Ortega.
El galeno sostiene que también se han realizado cinco procedimientos de obstrucciones de circulación de los pies (lesiones vasculares) entre el Hospital Pablo Tobón Uribe y la Clínica Cardiovascular Santa María, con muy buenos resultados.
Medellín es la ciudad pionera del país en tratamientos de células madre, y así lo ratifican los constantes procedimientos que se realizan. El hematoncólogo Jorge Peña precisa que en el Hospital Pablo Tobón Uribe se han practicado alrededor de nueve trasplantes de médula ósea en adultos, para tratar cáncer en la sangre, y cuatro en niños.
Uno de las más promocionadas intervenciones en este campo tuvo como paciente al ex técnico de fútbol Luis Fernando Montoya a quien, según Duque Ortega, se le trasplantaron células madre de su médula ósea hacia la lesión que le causó la bala en su médula espinal, para que pudiera respirar en forma autónoma y poder desconectarlo de la ventilación mecánica.
Juan Guillermo Duque Ortega y otros colegas suyos coinciden en afirmar que tanto el caso neurológico de Montoya, como otros procedimientos celulares de distinto tipo, son los primeros acercamientos de la medicina en este tema de las células madre y que, por tanto, debe esperarse con paciencia para observar la recuperación de los pacientes y los resultados de esta etapa preliminar de investigación.
La esperanza de vida para muchas personas con enfermedades complejas, apenas comienza. Falta mucho camino por transitar y, con seguridad, muchos frutos por recoger. “Las células madre serán la revolución de la medicina de este siglo, ya que muchas enfermedades que hoy no tienen cura podrán ser susceptibles de manejar e incluso de remediar en el futuro”, puntualiza el médico Giraldo Moreno, al tiempo que reconoce que el tema apenas aparece en el índice de las investigaciones. Por lo demás, paciencia y fe.
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