Y VOS: ¿QUÉ VAS A TRUEQUEAR?
Por: Yénifer Celis, Diana
Carolina Zapata Y César Arbeláez.
(Estudiantes, tercer semestre de Comunicación
Social)
En
la casa de su abuela, en una sala de estudio del
segundo piso, rodeado de libros en tres grandes
bibliotecas, José Fernando Jiménez,
un habitante y líder comunitario de la
vereda Pajarito, habló sobre el trueque
en Medellín y explicó el funcionamiento
de éste en la vereda donde reside. Envuelto
en ropas adquiridas en los trueques, acariciando
lentamente su barba y con la amabilidad que caracteriza
a muchos antioqueños, en medio de sus palabras
“voseadas”, compartió con nosotros
toda su experiencia en la construcción
del trueque en la vereda Pajarito.
Y C. El trueque en Medellín
debe tener una historia. Por ejemplo, en la época
de los abuelos. ¿Qué tanto sabe
usted acerca de esas historias y cómo se
perciben en la actualidad?
J F. Las historias del trueque
seguramente son muchas, Recuerda por ejemplo el
tango “Cambalache”; “Cambalache”
para nosotros siempre ha sido trueque. Los trueques
son simplemente unos intercambios y éstos,
no siempre, han estado mediados por el dinero.
En cierta forma, el dinero hace
parte de una especie de trueque, un trueque que
tiene un facilitador de los intercambios. Sin
embargo, lo que nosotros hacemos hoy por hoy en
los trueques se diferencia bastante de las transacciones
económicas convencionales: ¿en qué
sentido? En que aquí los artículos,
cuando son intercambiados, de forma directa o
indirecta, no producen lo que se llama plusvalía;
esto es una extraña apropiación
del valor por parte de las personas que participan
del acto económico.
En los trueques, la persona entrega
un producto y recibe otro que se supone tiene
un valor de equivalencia […] Se dice que
las economías indígenas de estos
territorios se movían fundamentalmente
con base en el trueque. Pero, a pesar de que eso
todavía existe en comunidades indígenas,
nosotros, que hacemos parte de una comunidad urbana,
hemos perdido esa tradición previa. De
alguna manera pensamos que se puede hacer un nuevo
contacto con esas tradiciones; pero lo nuestro
no obedece necesariamente a una dinámica
que siga el hilo histórico o que provenga
de los abuelos.
Y C. Usted es líder comunitario
en la vereda Pajarito. ¿Cómo se
motivó a la gente para que participara
del trueque y cómo fueron las primeras
experiencias, debido a que todo tiene un inicio
y comenzar es lo más difícil?
J F. En el año 1998, un
profesor de la Universidad Nacional sede Medellín,
Gabriel Awad, profesor de Ingeniería Administrativa,
nos propuso adelantar una investigación
sobre alternativas económicas para comunidades.
Casualmente nos cruzamos en ese momento, y yo
le conté cómo, precisamente, estábamos
iniciando unos procesos de trabajo comunitario
en Pajarito y acordamos una reunión en
la cual participaron dos chicas que estaban a
punto de inscribir su trabajo dirigido de grado
en Ingeniería Administrativa.
En el año 1999, nosotros,
quiero decir Ana María [su esposa] y yo,
nos ausentamos de Colombia. Pero el trabajo de
investigación siguió avanzando y
produjo iniciativas más claras y la posibilidad
de desarrollar lo que denominamos, desde entonces,
el Sistema de Economía Local de Pajarito.
Este sistema está conformado por un grupo
de personas que establecen relaciones económicas
distintas a las convencionales, con dinero […]
Cuando llegamos en el año 2000, descubrimos
que el trueque podría ser una especie de
programa de extensión del grupo del Sistema
de Economía Local y emprendimos las ferias
de trueque sabiendo de antemano que podríamos
tener muchas dificultades […] Nosotros no
preveíamos claramente lo que iba a ocurrir;
queríamos introducir el trueque en la localidad,
para beneficio de los campesinos, de las personas
de la vereda y de las veredas vecinas. […]
Hoy, después de doce jornadas de trueque
y cuatro años largos de trabajo […],
hablamos de una opción concreta que se
abre y se puede replicar en otros lugares de la
ciudad y de Colombia.
Y C. Sería muy interesante
saber si en las experiencias de otros trueques
ha sido reconocida alguna persona por ejercer
con fuerza, casi con heroísmo, este mecanismo
económico.
J F. Aquí en Medellín
hay gente muy tesonera, insistente, con mucha
energía y mucho convencimiento. No solamente
en Medellín, sino en el Área Metropolitana,
conocemos otros ejercicios muy interesantes, como
el de Bello[…] En parte, la fuerza del trueque
se debe a esa gente. Uno podría decir que
hay cuatro o cinco personas que han estado jalonando
con insistencia y alegría, los procesos
de trueque en Medellín, pero no sé
si valdría la pena hablar de ellos cómo
si fueran héroes cuando, por encima de
todo, su actividad es importante en tanto tienen
esa capacidad de interesar a grupos sociales y
a comunidades para efectuar un experimento económico
distinto.
Y C. El trueque, siendo un sistema
o un mecanismo económico, no maneja ni
billetes ni monedas; pero si hay productos, debe
haber una valoración de éstos. En
Pajarito, precisamente, el intercambio se hace
con “pajaritos”. ¿Qué
son y cómo son esos “pajaritos”?
J
F. Hay dos tipos de trueques básicos. El
trueque directo, que es el cambio de un producto
por otro que se considera su equivalente. La otra
modalidad es la que utiliza el facilitador (“pajaritos”),
que dinamiza la velocidad de los intercambios
gracias a lo que denominamos la equivalencia […]
El facilitador tiene varias diferencias con la
moneda convencional, y no vale la pena acumular
muchos facilitadores, en nuestro caso muchos “pajaritos”
[…] Por ejemplo, el dinero es la rentabilidad,
es una cosa que aparentemente produce valor y
que hace rica a la gente. En cambio el facilitador
no tiene rentabilidad […] En parte, ésa
es una importante diferencia entre nuestro sistema
y el sistema de trueque directo.
Y C. El trueque consiste en intercambiar
cosas en buen estado que todavía se pudieran
utilizar. ¿Cuáles son los principales
productos que se ven en el trueque y cuál
es el proceso de clasificación para intercambiarlos.?
J F. Nosotros tenemos unos puestos.
El puesto de las misceláneas mueve libros,
música, juguetes, papelería, cuadros,
pinturas, artículos decorativos e incluso
algunos electrodomésticos y artesanías
[…] El segundo puesto, que es muy interesante,
es el de ropa; es igual que un almacén
del centro, porque se llena de mucha gente; se
recibe ropa en buen estado de hombre, mujer y
niños con la condición de que esté
en buen estado, es decir, que todavía tenga
valor de uso […] El tercer gran grupo de
mercancías, que denominamos Frutos de Mi
Tierra, incluye: aromáticas, verduras,
frutas, flores, plantas ornamentales en general.
Éste grupo tiene gran demanda. Ahí
es donde se agotan más rápido las
mercancías. Por ejemplo, cuando llega un
kilo de frijol al puesto de Frutos de Mi Tierra,
ese kilo de frijol ya tiene dos o tres personas
que van detrás de él […].
Ésos son básicamente los tres puestos
del trueque de Pajarito.
Y C. Ahora sería bueno
hacer énfasis en lo que es la feria del
intercambio como tal. ¿Cómo se hace
esta feria, cada cuánto se monta y cuáles
son las funciones específicas que usted
desempeña?
J F. Nosotros hacemos feria aproximadamente
cada tres meses […] Se deciden las fechas
y, con anterioridad, se definen las funciones
de las personas que atienden el evento […]
Un día antes se revisa que la ropa esté
en buen estado y, la que está arrugada,
la planchamos […] Al otro día, se
hacen los montajes que estén pendientes
y empieza la feria. La idea es: aguantar el aliento
hasta salir del rollo. […] Hasta ahora lo
hemos hecho entre diez de la mañana y cinco
de la tarde, pero este año vamos a hacerlo
entre ocho de la mañana y una de la tarde
[…] Las funciones de los socios son varias:
está el puesto de recepción de la
mercancía donde se acuerda la equivalencia
en “pajaritos” […] También,
hay una persona, que denominamos el Pajaritero,
quien está pendiente de la mercancía,
de las quejas de la gente y además informa
a las personas de la ciudad, que no conocen el
sistema.
Y C. En el Carnaval de Barranquilla
el lema es “Quien lo vive es quien lo goza”.
Usted que ya tiene experiencia en el trueque,
¿cómo lo vive y cuál es su
punto de vista sobre esta feria del intercambio?
J F. Para mí es un camello,
así como para todos mis compañeros,
pero allí hemos visto cosas muy especiales
[…] Nosotros no vivimos en un barrio rico,
sino en un barrio de gente pobre. A 50 metros
de nuestra casa, por ejemplo, hay una familia
donde el almuerzo es básicamente un poquito
de arroz y la sexta parte de un huevo y ése
es un almuerzo […] Entonces las personas
de nuestra comunidad acceden a una blusa, a unos
zapatos, a libros para los niños (quienes
participan mucho del Sistema), con lo cual también
producimos un efecto educativo, pues, hemos perdido
la noción funcional del dinero al convertirlo
en becerro de oro.
Y C. El trueque ha tenido un
proceso, una evolución. Actualmente hay
iniciativas que se estén gestionando para
ampliar y promover el trueque, no sólo
dentro de la vereda sino en otras partes de la
ciudad.
J F. Hay muchas iniciativas de
trueque en la ciudad y en la región. Hay
trueques muy grandes; nuestro trueque no es ni
el mejor ni el más grande del mundo, tampoco
es el más malo ni el más pequeño.
Sin embargo, las cosas que no se intentan tampoco
se mejoran […] por eso el grupo de Economía
Local de Pajarito se reúne periódicamente
a evaluar y mejorar el trueque como sistema y
experimento económico […] Por ejemplo,
debemos evitar la inflación; o sea que
haya mucho circulante de “pajaritos”
en la comunidad y poco respaldo en mercancías
dentro del Sistema […] En las reuniones
periódicas de análisis, surgen evaluación
y propuestas que mejoran día a día
el ejercicio del trueque, por lo menos en Pajarito.
Y C. ¿Cuál es el
reconocimiento del trueque por parte de los medios
alternativos en la ciudad?
J F. Nosotros hemos hecho entrevistas
de radio, salimos en la “Urbe”, de
la Universidad de Antioquia, hemos salido en Televisión
algunas veces y tenemos también medios
de comunicación alternativos en Pajarito:
El “Pajarinotas”.
“En la zona de trueque nos reímos
de usted si saca plata”, dijo José
Fernando durante la entrevista. Su intención
al hablar es demostrar que se puede sobrevivir
con lo básico y que además hay gente
que ni siquiera puede tener acceso a lo más
fundamental. Pero no sólo nos lo dijo durante
la entrevista; Fuera del micrófono mantiene
sus puntos de vista, junto con Ana María,
con quien ha compartido toda esta experiencia.
Ambos están seguros de que uno de los objetivos
del trueque es darle un mayor tiempo de uso a
las cosas, logrando así, un trabajo ambiental.

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