-SALÓN DE LOS
ESPEJOS-
Luego
de recorrer todos los senderos posibles, recoger
tantas amarguras y felicidades, ahora se sienta
a la puerta de la vida para esperar la realización
de un sueño que le transporte al paraíso
de los abrazos y las sonrisas. ( AVL)
NEGOCIO QUE DEJA TRISTEZAS
Por: Jorge Mario Zuluaga
-¿Quién? ¡Ah
lucho, el morenito zarquito, que se mantiene parcha`o
en la esquina! – Inmediatamente fui a ver
si lo encontraba; allí estaba, una pequeña
y escuálida figura de color canela y ojos
como de gato, que al mirar daban temor, un hombre
que con una peculiar delicadeza en sus dedos tomaba
un cigarrillo de marihuana. En ese momento se
acerca Danilo, un muchacho del barrio: - ¡
hey Lucho! ¿ Qué me vale un “chocolatudo”?
es que estoy más “amurado”
que un putas y quiero probar finura con esa vuelta-
-¡ Ah! eso pa usted vale $1.500... batato
y del elegante, ¿ o no?... usted sabe cono
es la vuelta conmigo -dice Lucho.
-“ sisas”, viejito, yo sé,
todo lo suyo es de lo fino- responde Danilo.
Al instante, Lucho saca un paquetito
de su bolsillo derecho, de este saca un “
bareto” de color café, muy oloroso,
como a chocolate y tan agradable que provocaba
morder, lo entrega mano a mano por las tres monedas
de $500 que tiene Danilo - ¡ huuuy “Parcero
mirá que “ chimbita” de niña
güevón”! – le dica Danilo
a Lucho mientras enciende el cigarro. Danilo aspira
el “bareto” con gran fuerza como si
fuese a consumirlo de una sola vez, y mientras
mira a la muchacha, suelta una gran bocanada de
humo que invade la esquina y la ambienta con ese
olor dulce y agradable, mientras lanza piropos
ruines y obscenos a la muchacha, la cual parece
desfilar internándose en el humo del cigarro
como un hada en un bosque nublado.
-¡ eh ave maría
mi amor, que nalguita tan rica yo si le huelo
un pedito!-
- ¡ah! Que “chanda”
sos vos ¿no? Respetá la niña
“home” mirá ese humero “gonorrea”
¡ ah! – dece Lucho mientras se va
alejando de Danilo, luego de cruzar la calle,
lucho se instala en la otra esquina junto al semáforo
para no dar mucha “papaya” ni “
banderiarse” con Danilo y ademas esperar
a los del carrito azul; Lucho se devuelve a la
esquina donde estaba Danilo y dice: - ¡ehh!
Que “chandas” estos “ gomelitos”,
nada que vienen, ¿ será que me van
a dejar “encartado” con todo este
polvo?- En ese instante pasan caminando dos muchachos
con gorras y zapatos deportivos tan exuberantes
y vistos, que parecían apoyados como en
naves espaciales a punto de despegar.
Lucho les dice: - ¡ hey!
Parceros, “armaos”, “ chocolatudo”,
“rueditas”, lo que sea, consigo lo
que sea. – los muchachos siguieron de largo
y Lucho comenzó a desesperarse, ya eran
las 8:00 P.M. y no ha vendido ni siquiera un “
cuero” para envolver marihuana.
Lucho, en medio de su ansiedad
y desespero se va para la tienda de doña
Luz, en la otra cuadra, y pide una cerveza; la
bebe como si se la fueran a quitar y pide otra,
la comienza a beber y entonces llega Danilo:
- ¡Lucho!, ¡ Lucho!
¡ ahh estas tomando “polita”!
– sisas , pero suave, pida la suya que todo
bien. – dice Lucho.
- ¡ Mi Dios le page, parcero!... ¡
hey! Sabe qué, “parcero”, los
“gomelos” del coche azul los estan
buscando pa´ lo de siempre- comenta Danilo.
Lucho se pone de pie con rapidez
y dice: - Todo bien, pida lo que quiera, ya vengo,
voy a atender la clientela.-
Lucho, ansioso, llega hasta el
semáforo y encuentra el auto azul, un renault
9 modelo 98 con vidrios ahumados y arriba- yo
creí que no venían, creí
que me iban a “embalar” con esta mierda;
- en ese momento se abren las puertas del auto
de manera violenta y descienden con rapidez una
gente del DAS y los dos muchachos de gorras y
tenis vistosos, con armas que apuntaban a lucho
mientras le gritaban: ¡Eso! Porquería,
hijueputa, así te queríamos ver
malparido. – Lucho, sorprendido y pálido,
era golpeado y esposado por los agentes; en ese
instante llega Danilo e inesperadamente descarga
una ráfaga de seis tiros de revolver sin
acertar a ninguno de los agentes, de pronto aparece
una motocicleta DT –200 con dos agentes
más, el parrillero sin dudarlo, dispara
dos veces una pistola automática y las
balas impactan la mano derecha y la sien del mismo
lado del cuerpo de Danilo; éste cae al
suelo muerto ante la atónita mirada de
Lucho quien se lamentaba con lágrimas y
gritos por lo sucedido.
Luego de tal acontecimiento y
un corto periodo de tiempo en la cárcel,
Lucho volvió y con lágrimas en sus
ojos me dijo: - Sabe que mi niño, hasta
por culpa mía mataron al parcero... Hasta
por esta porquería que vendo pasó
lo que pasó, pero un hijueputa bruto como
yo ¡ja! Que más voy a hacer... ¿
va a comprar o qué?


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