“Nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que brinda pero nunca, tampoco, ha sido tan igualador en las ideas y las costumbres que impone, un mundo sin alma, que nos ayuda a aceptar como único mundo posible, y donde, no hay pueblos sino mercados”.

 

Con estas palabras críticas, duras y directas, acerca de los sistemas de educación contemporáneas, inició su lección de clausura, Alfredo Ghiso Cotos, docente investigador de la FUNLAM, quien afirmó que los grandes sistemas educativos saben teorizar pero no proceder en la práctica.

 

El académico declaró su preocupación al expresar que “quien esté en la búsqueda de lograr cambios en Colombia, se le amenaza, se le intimida, se le despoja, se le desplaza, se le masacra”.

 

Para enfrentar esa situación sugirió más compromiso por parte de las instituciones educativas en la formación de maestros críticos, que creen conciencia para cambiar las prácticas educativas.

 

Ghiso Cotos indicó que hay un alto grado de responsabilidad de los educadores, al ser indiferentes con los procesos de formación y reeducación de nuestros jóvenes al no ser, desde la academia, denunciantes de la masificación de la miseria y la marginalidad de esa fracción de la población a la que se le prohíben sus derechos económicos, sociales y culturales.

 

“Estamos en una sociedad centrada en un sistema de mercado, que se lucra de envilecer, corromper, empequeñecer, reducir, invisibilizar poblaciones por medio de etiquetas que estigmaticen, segreguen y discriminen a las personas”, indicó el docente.

“Las personas que son excluidas, los son siendo parte de la sociedad, de alguna institución o grupo, negándoseles el derecho de ser, hacer, tener y estar en el mundo”, dijo, por su parte, la investigadora María José Ridaura, también panelista del Congreso de Pedagogía Amigoniana que se clausuró esta tarde en Medellín.

 

“La exclusión muestra la fractura social, la caída de la educación y las normas y las limitaciones de todo el sistema social”, añadió fray Gaetano Greco.

 

Alfredo Ghiso finalizó puntualizando que “los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, y ésta no es privilegio de unos pocos sino un derecho de todos”.

 

El congreso terminó bajo una salva de aplausos de los participantes, de la comunidad universitaria de la FUNLAM, de los conferencistas y con la promesa, abierta, de convocar en algún lugar del mundo a un nuevo encuentro de la congregación, sus adherentes, sus colaboradores y sus estudiantes.

 

Redacción: Luis Felipe Gutiérrez, azulnaranja@amigo.edu.co