Universidad Católica Luis Amigó

Cooperación Institucional y Relaciones Internacionales

Mi experiencia de internacionalización el Brasil

Publicado por Webmaster el 3/10/2016 (3328 lecturas)

Juan Mauricio Toro
Pontifical Catholic University of Campinas - Brasil

Intercambio académico en la PUC-Campinas, Brasil

Desde que comencé mi programa de licenciatura en inglés en 2011-2 me ilusioné mucho con la idea de hacer intercambio académico algún día; siempre me llamó la atención tener la experiencia de vivir en el exterior, y no precisamente en la posición de empleado.

Aunque no existieran convenios con países de habla inglesa, sí los había con Brasil e Italia, donde valdría la pena tener una experiencia lingüística significativa para un profesor de lengua en formación.  Llegado el momento, en los últimos semestres de mi carrera y con cursos electivos pendientes por estudiar, escogí la PUC-Campinas, en Sao Paulo (Brasil) por tener en su programa de letras el programa de Licenciatura inglés-portugués.  Siempre he sido un aprendiz aficionado de otros idiomas aparte del inglés, experiencia que me ha acercado cada vez más a mi lengua madre, el español.

El proceso lo inicié en abril de 2016 con algo de incertidumbre por los tiempos de respuesta y posibles papeleos exigidos por la institución aliada.  También algo nervioso por el tema del dinero, pues con 35 años de edad y seis de experiencia en la enseñanza del inglés, mi única fuente de ingreso es mi trabajo y las condiciones del programa no me permitían trabajar en Brasil (prohibido cualquier actividad remunerada según mi visa de estudiante).  Sin embargo seguí adelante, y como dicen acá "tudo deu certo", o sea, todo salió muy bien; Conseguí cambiarme de modalidad de profesor presencial a la de virtual en la institución universitaria en la que trabajo desde marzo del 2013.

Tiempos de juegos olímpicos en el Brasil, pasajes caros, espera de documentos... En fin.  Decidí comprar un vuelo hasta Leticia Amazonas, entrar al Brasil por tierra y volar desde Tabatinga hasta Campinas; toda una aventura y me ahorré una buena cantidad de dinero.  Me pasaron cosas increíbles en el camino: un almuerzo peruano que anhelaba hacía rato; caminar hasta el centro de Leticia; comprar una maleta nueva y tomar una moto para cruzar la frontera que me esperara mientras hacía el ingreso en la policía federal del Brasil y luego me dejara en el aeropuerto brasilero; y conocer gente buena en los aviones que me ayudaron durante la larga escala que tuve en Manaos antes de tomar el avión a mi destino final, Campinas.

Llegué a casa de un contacto que hice en una página de viajeros donde me recibieron muy bien, me recogieron en el aeropuerto y me dieron posada por una semana mientras conseguía rentar un lugar, hacía papeles de identidad y formalizaba mi matrícula con la universidad.  Logré rentar un cuarto después cerca a la U y me toma no más de media hora llegar en bus.  Las personas aquí han sido muy buenas conmigo, muy amigables y me han ayudado mucho con el idioma.  He aprendido bastante de ellos.

El campus I de la Universidad queda en las afueras de la ciudad, es un lugar muy tranquilo, con muchas zonas verdes y con universitarios normales como los vemos en nuestra U.  Las personas en general son muy buena gente y bastante amigables.  Estoy estudiando lengua portuguesa, metodología de su enseñanza, y lectura y producción de textos en la misma.  Aparte de esas materias, tomé un curso de 18 horas de latín y estoy comenzando otro de literatura clásica; ambos como asistente, pues la matrícula fue antes de mi llegada.

Me resta decir que la estoy pasando muy bien en términos generales, sobre todo intelectuales, pues emocionalmente estás lejos de las personas que quieres, pero es por poco tiempo y el precio a pagar vale la pena por la gran experiencia. También que vale la pena soñar y que el dinero no tiene que ser un limitante; cuando tomé la decisión no sabía con qué cubriría todos mis gastos, pero como dice una frase de fe: "comienza el tejido que Dios te dará el hilo". O como dice otra "para caminar mil kilómetros hay que dar el primer paso".

Voy a la U lunes, jueves y viernes en las mañanas, tengo tiempo de hacer mis tareas y trabajar en mis cursos virtuales como profesor de inglés.  Vivo con brasileros que me han mostrado su lado humano y también han despertado el mío, pues tenemos situaciones en las que nos ayudamos los unos a los otros. Ellos han estado para mí y yo también he estado para ellos.