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La paz o el fin del conflicto, ¿qué es lo que realmente se está negociando?

Según María Camila Hernández, joven política miembro del Polo Democrático, son dos procesos distintos y se debe tener claridad de lo que significan.

Por: Johan David Ríos Ruiz y Silvana Ramírez Ríos. johan.riosru@amigo.edu.co

Medellín, Antioquia. 5 de mayo del 2015.

 

MARIA CAMILA HERNÁNDEZ BOHORQUEZ es miembro del Polo joven y en cuanto a las tendencias del Polo, está iniciando un proceso para acercarse al equipo de Víctor Correa. Ex candidata al concejo de Copacabana y estudiante de Economía de la Universidad Nacional de Colombia.

Camila, con una mirada crítica y desde su edad, 21 años, se ha interesado por el proceso de paz y el posconflicto, en temas de financiación y acuerdos pactados. Presenta una mirada crítica y propositiva de lo que significa la paz, o como diferencia ella, el fin del conflicto, para la población joven.

La participación política incluyente, liderada por la sociedad colombiana y sobre todo la de los jóvenes, es vital para la implementación de cualquier acuerdo de paz logrado en el marco de los actuales diálogos de paz.

 

¿Cómo fue la experiencia en la candidatura al concejo de Copacabana?

La verdad, yo me lancé al concejo con muchos temores y pensando mucho en lo que iban a decir las personas, porque uno sin una experiencia política previa y tan joven… Yo cuando me lancé tenía 19 y todavía, hay muchísimos prejuicios, primero por parte de la familia; en general una madre en un país como Colombia no quiere que sus hijos se vean involucrados en política y mucho menos si es un partido de izquierda. Entonces, primero tener que enfrentar esos miedos en la familia y empezar a acercarlos. Ellos tenías muchos tabús y a lo largo del proceso se fueron abriendo e incluso a participar un poco. Y por otro lado la comunidad en general, porque pues las elecciones al concejo, una cosa donde hay tantos candidatos, hay mucho escepticismo y suele creerse que la mayoría de personas son poco serias y simplemente se están lanzando por lanzarse.

La verdad me quedaron experiencias muy positivas, muchísimas cosas por aprender, también muchas dudas que espero que después se vayan disipando.

¿Después de esa experiencia, piensa volverse a lanzar?

En este momento estoy considerando si este año en el municipio que se van a abrir convocatorias para hacer parte del concejo municipal de la juventud y creo que deseo hacerlo y me mantengo un poco escéptica a lanzarme de nuevo al concejo en el próximo periodo, porque he visto que es algo muy difícil y que está determinado por otros factores que no son siempre que uno sea una buena persona y que uno desee participar en el cargo.

Me di cuenta que es importante que yo comience a abrirme socialmente, porque yo no soy muy de salir a la calle y en las elecciones al concejo, en ocasiones las personas no discierne de cuál es el mejor candidato, empezando porque como va a conocer a los más de cien y suelen votar más es por el que conocen y si yo no tengo muchos contactos y me conocen pocas personas son muy cerradas las posibilidades que tengo.

¿Usted y el partido están en contra o a favor del proceso de paz?

El partido está a favor del proceso de paz.

En cuanto al proceso de paz ¿cómo ve la participación política que han tenido los jóvenes inmersos en el polo y el partido como tal?

En cuanto a las juventudes del partido, creo que se han tratado mucho de hacer procesos, primero como de comprensión de lo que está pasando, de estar pendientes, de hacer el esfuerzo de estudiar los acuerdos que se van dando y segundo tratar de hacer un trabajo hacia afuera. Porque de nada sirve quedarnos con las cosas, eso es algo que suele ocurrir mucho en los partidos de izquierda y es ese elitismo intelectual; nosotros tenemos la información, nosotros la conocemos, las demás personas son ignorantes. La idea es expandir eso y se están tratando de hacer por ejemplo estudios, conferencias, debates, abrir el espacio para que las dudas y los mitos que las personas tienen sean discutidos, porque la verdad, es un tema en el que muchas personas tienen creencias cerradas, tienen temores, tienen desconocimientos y es necesario que en un posible posconflicto las personas sean conscientes de que fue lo que sucedió.

Y respecto a la juventud, me sigue pareciendo que es una minoría la que está interesada en el tema, así como suele suceder en la mayoría de temas referentes a la política en Colombia. Cosas como la participación en las elecciones son muy bajitas, hay demasiada abstinencia, entonces creo que, por un lado hay una parte de la juventud que es escéptica, que no cree en lo que se está negociando; otro lado, digamos que no está de acuerdo y otro lado que lamentablemente es mucho más grande, al que realmente no le importa.

¿Por qué cree que no les importa eso a los jóvenes?

Por un lado hay un problema en la figura y el estructura política de Colombia y los mismos políticos colombianos. Yo soy magistrado, llevo veinte años acá, la política es de nosotros, de los que tomamos las decisiones y hay que tratar de entender que la política es de todos. Entonces, el joven piensa «yo soy un ciudadano común, eso a mí no me concierne». Primero es decirles «esto a vos también te concierne» y el otro lado, digamos que es una desconfianza en las decisiones que toman. Entonces quedar como «no vale la pena que venga, que me interese porque al final mi voto no cuenta, mi opinión no cuenta y ellos son los que van a terminar decidiendo.

Como joven y miembro del polo ¿en cuales aspectos del proceso de paz no está del todo de acuerdo o son discutibles?

Yo pienso que a lo largo de los más de 50 años de guerra que ha habido está claro que la guerra no es el camino, que no vamos a conseguir nada y que en vez de hacerle daño a ellos, aunque se les debilitó mucho, con muchas operaciones vamos a salir es desangrando el pueblo colombiano. Está claro que es el camino. La cuestión con estos procesos de paz es que difícilmente se va a dar una situación en la que todos vamos a estar completamente felices. De alguna manera todos debemos hacer alguna clase de sacrificios, sacrificios que para alguna parte de la población, por ejemplo los que fueron víctimas directas de conflicto va a ser muy difícil, pero que son concesiones que deben hacerse, porque digamos que los beneficios que tiene en el largo paso la paz son muy altos.

Como apoyo al proceso de paz ¿creen que se va a dar? Y si no se da, si no hay un acuerdo por parte de las FARC ¿Qué creen que va a pasar? Porque se pueden crear nuevos grupos revolucionarios…

Yo creo que es un poco difícil que se dé un reverso, por los años ya que se ha avanzado y porque en caso, digamos que donde al equipo de negociadores que tiene Santos en la Habana se le comience a salir un poco de las manos, hay demasiado apoyo internacional y países que están interesados. Entonces por ejemplo el hecho de Estados Unidos pienso que comenzaría a sumar esfuerzos para que ese proceso de paz se dé y lo que vos decís de los diferentes grupos armados, sabemos que no es el único factor de conflicto violento que existe en Colombia, no es solo las FARC. Es muy importante que si se da el proceso de paz con las FARC, ¿Qué vamos a hacer para reencaminar al ELN? Y no es solo el ELN, sabemos que hay otros grupos, el pasado paro armado nos demostró que la única amenaza a la seguridad que existe en el país no son estos. Digamos que en un caso de posconflicto los esfuerzos no se pueden mermar porque hay otras amenazan, entonces hay que tratar de hacer contingencia a esos otros grupos.

Recientemente, se hizo una encuesta a los estudiantes de Comunicación y resultó que la mayoría desconoce el proceso de paz, la mayoría no conoce qué se está negociando… ¿cómo podrían los jóvenes acercarse a esos procesos?

A veces eso de no involucrarse se da porque creen que solo participan los que tienen un papel protagónico, es decir, fuerzas armadas, el estado, o las personas con víctimas. Es importante reconocer que todos somos víctimas, pues este conflicto de más de 50 años, nos ha negado la posibilidad de vivir en un país que pudo haber sido diferente. Como jóvenes somos responsables de que estos conflictos no vuelvan a aparecer, y que nosotros debemos llevar la responsabilidad de la memoria histórica, y las futuras generaciones deben saber por qué es indeseable que esto vuelva a suceder.

 

Escucha la entrevista a continuación:

 

Hay muchas en la sociedad que no creen en la paz, y desde tu partido y tu opinión personal, ¿por qué la gente no cree en la paz, cuáles son esas razones?

Una de las cosas para que esto se dé es la poca cohesión del gobierno. Hemos visto como el presidente y otros entes oficiales, como el procurador, hacen declaraciones que son contrarias, entonces vemos que esos hechos confunden. Por otro lado, la mala calidad de la prensa colombiana, las fuentes a las que se acuden… y sobre todo, la noción de la paz. Para mi es claro que el conflicto se va a acabar, pero ya Paz, son condiciones sociales que garanticen la no repetición del conflicto y mejoren la calidad de vida de las personas, por lo que considero que no es paz, sino fin de conflicto.

Si se da el proceso de paz, ¿está preparado el país para el posconflicto?

En aspectos económicos, el país no está preparado. Los costos del posconflicto son demasiado altos. Santos es consciente de que el estado debe fortalecerse, y si no se han dado las cosas, es porque el pueblo no está preparado, y no estoy justificando que porque el pueblo no está preparado, no hay paz, sino que es necesario emprender esfuerzos. Si se firmara la paz hoy, por ejemplo, la mayoría de personas no sabría qué se firmó.

¿Cuáles podrían ser los mecanismos del gobierno para que la gente se enteré del tema, de lo que se va a firmar?

Cátedras en colegios, es fructífero. Así sabrán cómo se tienen que enfrentar al mundo cuando sean mayores. También implementar mecanismos de participación, pues no todos podemos estar presentes en los diálogos, y aunque haya en La Habana un representante de cada uno de los estatutos de la sociedad, es necesario enterarse más.

Para terminar, ¿por qué desde tan joven se interesó por lo político?

Uno a veces, sin darse cuenta, uno va mostrando algunas pintas de lo que uno quiere hacer. Desde el colegio sentí el deseo de ser partícipe de decisiones. Soy consciente de que vivo en un país injusto, con malas condiciones, y esas experiencias, como ver una persona en la calle, me hace reflexionar que por ejemplo, yo, que tengo buenas condiciones de vida, puedo hacer algo por esas personas. Por ejemplo, sin campesinos, el país no tendría comida, no seriamos nada… y esta profesión es muy poco valorada. Cuando me lancé al concejo, no tenía oportunidades reales de quedar, pero era un paso que tenía que dar.

Para vos, joven política y miembro del polo, ¿cuál es la Colombia ideal?

Un país donde la gente ame el territorio donde vive, porque mientras sigamos siendo indiferentes, no nos va a doler para nada. Si este país es de nosotros, ¿por qué no nos indignamos cuando hay secuestros, explotación natural…? Esto lo decía en mis reuniones en Copacabana. También, un país donde las personas sean políticamente más activas, no podemos seguir dando la espalda. En tercer lugar, un país educado, pues si tenemos esta facultad, no va a ser fácil que vengan y hagan lo que se les dé la gana. Y por último, un país con justicia social. A la violencia no hay que combatirla con violencia. Hay que ir a la raíz de la violencia. En conclusión: un país donde los campesinos, los maestros y los líderes sean los protagonistas.

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