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Museo Casa de la Memoria, la realidad del conflicto armado

 

El Museo Casa de la Memoria aporta a la construcción de una memoria colectiva, narrando el conflicto atravesado por  personas tocadas con la guerra en Colombia.

 

El Museo Casa de la Memoria fue fundado en 2006 por una iniciativa del programa de atención de víctimas de la Alcaldía de Medellín con la finalidad  de crear escenarios que fortalezcan a las víctimas del conflicto armado, a través de diálogos críticos y reflexivos. Este Museo es un espacio en el corazón de la ciudad donde las memorias del conflicto armado  tienen un lugar físico y simbólico.

Ver para no repetir

En la larga historia de la violencia del país han surgido distintos actores y formas de violencia afectando a todo tipo de población, muchas con experiencias traumáticas de la guerra y marcadas por horrores profundos que hieren con la indiferencia y el silencio al que son sometidos. Ver para no repetir es el objetivo marcado del Museo.

Maria Cristina Patón, profesional especializada del Centro de Documentación del Museo Casa de la Memoria asevera que con el acuerdo de paz se ha visto una disminución tanto en el número de víctimas como en el de ataques contra la población civil. De acuerdo con el Registro Único de  Víctimas (RUV)  actualmente hay 8.532.636  víctimas registradas por desplazamiento forzado, homicidio, mutilaciones por minas, secuestro, tortura, reclutamiento de menores, despojo de tierras, agresión sexual, amenazas, desaparición forzada y robo de bienes. En el último año, casi un millón de personas se registraron ante la Unidad de Víctimas como afectadas por hechos relacionados con la guerra desde 1985.

Efrén de Jesús Taborda Orrego, víctima del conflicto armado y mediador de salas del Museo Casa de la Memoria, vivió la muerte de su hermano Jorge Alberto y de su hijastro Juan Fernando Quiroz, ambos actos relacionados en la guerra existente con los diferentes grupos armados en los barrios de Medellín. “Vivíamos en el barrio Trece de Noviembre, comuna ocho – Villa Hermosa. Nos tocó una época muy dura marcado por el conflicto. En este lugar predominaban una serie de combos, con la intención de reclutar jóvenes para fortalecer lo que se denominó el Bloque Cacique Nutibara  en la ciudad de Medellín”

Según Éfren de Jesús Taborda los hechos de la muerte de su hermano ocurrieron un 24 de diciembre de 1993. Esa noche se encontraba Efrén de Jesús con su hermano Jorge Alberto en una reunión familiar celebrando la Noche Buena. Al pasar las 12 de la noche llegaron los grupos armados, quienes estaban persiguiendo a alguien. En estos hechos Jorge Alberto se percató que varios de los integrantes del grupo Cacique Nutibara estaban golpeando a unos amigos. Decidió salir de su casa y defenderlos. En ese mismo instante, mientras Jorge trataba de calmar el problema, uno de los paramilitares lo amenaza advirtiéndole que del 25 de diciembre no pasaba. En la tarde del 25 unos vecinos tocaron la puerta de Éfren de Jesús, avisándole que su hermano había sido recientemente asesinado por el Bloque Cacique Nutibara. Fue degollado y le propinaron un tiro en la cabeza.

La muerte de Juan Fernando ocurrió con el mismo grupo armado, esta vez por el reclutamiento forzado de jóvenes. Este grupo tenía un gran interés en reclutarle porque Juan Fernando era un hombre joven, físicamente cumplía con las condiciones para pertenecer a este grupo. Éfren menciona que su hijastro nunca quiso pertenecer a este grupo y que esa fue la razón por la cual el 25 de julio de 2001 el Bloque decidiera propinarle tres tiros, uno en el pie, otro en la cara y el último en la espalda.

Por este dolor y la indiferencia propia de ser uno de los tantos casos de violencia vivida en el conflicto, las víctimas, cómo Efrén de JesúsTaborda, quieren ser escuchados. Quieren que sus historias salgan a la luz y es precisamente este Museo quien les ofrece dar a conocer sus relatos.

Cristina Patón enfatiza que el Museo trabaja a través de la reparación simbólica porque se abre un espacio para que las personas puedan contar sus historias y así sanar, a través de sus relatos, su sufrimiento. Patón explica también que «para esto el Museo trabaja tanto con víctimas como con victimarios. En este caso, los victimarios son guerrilleros y desmovilizados que en gran mayoría de veces primero fueron víctimas y terminaron siendo obligados a ser parte de una guerra. En este proceso se cuenta cómo la vida de estas personas fue transformada por la guerra y cómo la están llevando a cabo con el proceso de desmovilización»

De acuerdo con la información suministrada por el Museo Casa de la Memoria, la diferencia de este museo con otros es el énfasis que este hace en la memoria de un conflicto aún vivo, es decir, la memoria de un presente conflictivo arraigado en un pasado que se espera en un presente y futuro sea diferente.

Liliana Gómez, comunicadora del Museo Casa de la Memoria, menciona cómo los turistas de otras ciudades y los extranjeros “les encanta el museo. Se impresionan mucho cuando conocen la dimensión del conflicto nuestro, pero se sienten muy conmovidos por toda la resistencia y por el tesón de la gente que ha resistido el conflicto”. Según Gómez «el museo se encarga también de educar a los visitantes, pues gran cantidad llegan preguntando por Pablo escobar, como si esta persona fuera un súper héroe y lo que hace el museo es poner a Pablo Escobar en su justa dimensión, dándole a conocer al público la verdadera versión».

Para Yeison Vásquez nacido en Cali y turista de la ciudad de Medellín “el Museo Casa de la Memoria es realmente estremecedor. Cuando se entra en este espacio se producen muchas sensaciones. Tristeza al ver la realidad de un país conflictivo que ha sufrido tanto y también alegría al ver que con este proyecto del Museo se da ha conocer las diferentes víctimas del conflicto armado”.

La reflexión y la actitud investigadora de los visitantes es uno de los objetivos del museo. Cristina Patón reitera que «el solo hecho de que una persona se plantee una serie de preguntas y le interese el conflicto vivido en Colombia es una muestra de que el trabajo realizado en la Casa de la Memoria es retribuido y realmente significativo para la sociedad».

Según Daniela Londoño, Psicóloga del área psicosocial y quien tiene constante contacto con las víctimas del conflicto armado, “la labor que se plantea con las víctimas es resocializarlos para que tengan nuevamente un contacto con la sociedad, buscar herramientas en las que ellos puedan construir una familia y una vida nuevamente  tranquila».  El propósito de Londoño es brindarles una ayuda a través de talleres reflexivos y de sensibilización  para que de este modo entren a la sociedad nuevamente.

El Museo Casa de la Memoria es un espacio que invita a conocer historias del pasado que han marcado nuestro presente, haciendo un especial énfasis a la no repetición de una guerra caracterizada por el dolor y el sufrimiento. Es hora de reflexionar como país y construir una cultura que respete el valor de la vida.

 

Anny Uribe
Estudiante de Comunicación Social - Universidad Católica Luis Amigó
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